Últimamente, y más nosotros los estudiantes en estas fechas, miramos mucho el tiempo; hasta en la ciencia es importante hacer las
cosas rápido, y por supuesto bien. Si esto no se realizara a tiempo
los costes económicos (también otros gastos) ascenderían más
según pasan los días y la investigación sería excesivamente cara;
entre otros problemas que podrían haber.
Es
de interés común, lógicamente, hacer las cosas bien y si se puede
en un tiempo menor, mejor. En todos los proyectos científicos o
tecnológicos se
comen la cabeza
con el fin de entregar una investigación o un invento a tiempo, por
cumplir el plazo previsto para bienestar y motivación de todos los
que hayan participado en él. No obstante, suele ser difícil
conseguirlo pues siempre hay imprevistos u otras dificultades. Por
ejemplo, las grandes construcciones (tales como estadios deportivos,
autovías de amplio tamaño o túneles) tienen varios obstáculos:
las inclemencias metereológicas (algo que no está en nuestra mano)
y el tema económico, porque estos proyectos tienen normalmente un
importante coste económico, y cuando el dinero no da para avanzar,
hay que interrumpirlos. Por lo tanto es casi imposible terminar todo
antes de la fecha.
Otro ejemplo podría ser el de las investigaciones científicas, en laboratorios. En estas últimas todo lo utilizado es muy caro: el material, la limpieza, etc. Normalmente estos experimentos se hacen a largo plazo, con fecha límite lejana. Aún así muchas veces los científicos se las tienen que apañar para finalizar a tiempo: no estás construyendo nada, pero sí jugando con seres vivos microscópicos por lo que todo no está en las manos humanas.
En conclusión a todo, cabe decir que todas estas aspiraciones y proyectos se deberían finalizar en un plano cercano al estipulado previamente. Como ya he dicho con un par de ejemplificaciones ni todo está de nuestra mano, ni siempre se juega con todo el dinero en los bolsillos